La tendencia actual se encamina a la reducción del tamaño de las piscinas y la mejora de su equipamiento, para disfrutar de un uso más cómodo y prolongado. Los tipos de albercas en lo que respecta al material con el que se construyen son, por un lado, las de poliéster prefabricado y por otro las de fibra de vidrio-poliéster. Lo más positivo de éstas últimas es que son muy impermeables y resultan más económicas y durables cuando están bien instaladas. Sin embargo, hay poca variedad y no se pueden instalar en cualquier tipo de suelo.
Las pintadas requieren un tratamiento específico de la superficie lo que hace que su mantenimiento sea anual.
Los sistemas de lainer PVC son demasiado sensibles a agentes agresivos (agua, sol) con garantía solo de 5 a 10 años.
Las de superficie enyesada (Plaster y Pebble) son muy porosas con la dificultad de limpieza que implica. Finalmente, los baldosines cerámicos constituyen el sistema perfecto por su inalterabilidad e impermeabilidad.
Una innovación sorprendente por eficacia y versatilidad en el tema de la impermeabilización es el sistema Orpina, aplicable a todo tipo de superficies en albercas nuevas y para rehabilitación. Ofrece una extrema resistencia al envejecimiento y anti-fisuras por su estanqueidad constante, fruto de la adaptabilidad del producto a la superficie.
Foto: Mon blau piscinas