Antes que cualquier otra cosa, debemos reunir los elementos necesarios para poder llevar a cabo la limpieza de nuestra alberca como pueden ser: el tubo telescópico, una red destinada a este fin, un cepillo especial para limpiar piscinas y, por supuesto, el cloro líquido o en pastillas.
En primer lugar debemos colocar nuestra red al final del tubo telescópico. Ya que lo hayamos hecho, tenemos que quitar toda la "basura flotante" como hojas de árbol, plástico o cualquier cosa que haya caído en nuestra alberca. Procuraremos realizar esta actividad todos los días del periodo de tiempo que estemos pensando en meternos a nadar.
Lo siguiente que haremos será limpiar las paredes de la alberca con un cepillo. Esto evitará que se concentren bacterias o incluso sarro en estos lugares y podamos tener la alberca limpia por un tiempo más prolongado.
Finalmente llega la hora de desinfectar. Para esto utilizaremos el cloro. Esta es la forma más fácil y económica que mantener una higiene en nuestra alberca por lo menos por una semana. Podemos utilizar una botella del líquido, o bien, las pastillas de cloro que también resultan muy útiles.
Siempre será recomendable que cada cierto tiempo un profesional del ramo se ocupe de hacer una limpieza profunda de nuestra alberca.
Y ahora que nuestra alberca se encuentra limpia y en excelentes condiciones, ¡a disfrutar!