Tener una fuente en nuestro hogar es un acto de buen gusto y da un toque especial a nuestras viviendas, de la misma manera, forma parte de nuestra presentación ante los demás; lo cual conlleva a mantenerla siempre limpias: agua cristalina y estructura en perfecto estado.
No olvidemos que la mayoría de las veces la fuente se encuentra en nuestro jardín: expuesta al aire libre y susceptible al polvo, basura, residuos, formación de moho y generación de algas, entre otros. En consecuencia, debes limpiarla por lo menos una vez al mes. A continuación te decimos como.
Limpieza de manera general para todo tipo de fuentes.
- En primer lugar, apaga y desconecta de la corriente eléctrica tu fuente, a fin de que puedas trabajar de una manera segura y más cómoda.
- Después, retira cuidadosamente la bomba sumergible con la que cuenta tu fuente y límpiala con un paño húmedo. En caso de ser necesario, cepilla la acumulación de moho para que quede completamente limpia. Enjuaga y ponla al aire libre para que quede seca y lista para volver a utilizar.
- En el caso de que tu fuente tenga objetos decorativos como estatuillas, macetas, piedritas, etcétera, retira todos estos de manera cuidadosa para que no se caigan en el agua de nuestra fuente y la ensucien más. Asimismo, limpia y en su caso lava dichos objetos.
- Drena el agua de la fuente, pero procura dejar un poco para que con esta iniciemos el cepillado de moho y residuos incrustados en el cuerpo y base de la fuente; continua cepillando las paredes y agrega un poco de jabón, enjuaga con agua limpia, deja que escurra un poco y procede a secarla.
- Regresa a su lugar la bomba y ahora sí, empieza a llenarla nuevamente, pero procura que sea con agua 100% limpia, de preferencia destilada.
- Coloca la bomba de vuelta a la fuente.
- Ahora, conéctala nuevamente, enciéndela y ve que su funcionamiento sea correcto.
Esta es la manera general en la que debes limpiar tu fuente; pero como existen fuentes hechas de diferentes materiales, a continuación te decimos cómo limpiarlas según el tipo de materia con el cual fueron hechas.
Fuente de piedra natural
Manteniéndola limpia, es decir, que la limpieza se haga en periodos cortos, nos facilitará su lavado, por lo que únicamente utilizaremos para este tipo de fuente agua y jabón. Ahora bien, para darle un toque especial y mayor durabilidad al agua limpia, podemos agregar unas gotas de amoniaco.
El proceso de limpieza es el mismo que describimos anteriormente.
Y para el caso de que la fuente presente manchas de óxido, se recomienda limpiar estas manchas con una mezcla de sal y zumo de limón, lo único que debes hacer es untarla sobre la zona que quieres desmanchar y dejarla actuar; debes cuidar que el tiempo no sea mucho para que no afecte la piedra.
Fuente de cobre
La limpieza de este tipo de fuentes debe tener un cuidado especial, así que, igual como lo describimos en el proceso general, aplica los mismos cuidados, pero en lugar de cepillar y lavar, únicamente unta una cebolla partida a la mitad y talla la fuente con ésta o bien, has el mismo proceso con un limón; retira los residuos del limón o la cebolla con un paño limpio, a la vez frota para que la limpieza sea como un pulido.
Fuente de Hierro
Para este tipo de fuente utilizaremos agua y un poco de jabón líquido haciendo el proceso de lavado en general.
Si queremos que permanezca limpia por más tiempo sin que presente oxidación hay que diluir en el agua de la fuente una mezcla de bicarbonato previamente hervido con agua y sal.
Fuente de acero inoxidable
Para este tipo de fuente podemos ocupar agentes limpiadores y productos accesibles, tales como bicarbonato de sodio o vinagre blanco que son los más comunes.
Si optamos por utilizar bicarbonato de sodio, éste lo usaremos como una pasta que servirá como detergente para el proceso de lavado de la fuente.
O bien si decidimos utilizar el vinagre blanco, este se utilizara de la misa forma en la que utilizamos el jabón liquido.
El proceso de lavado es igual que el general y no olvides secar muy bien las paredes y cada uno de los componentes de ésta.
Para cualquier tipo de material con el que este hecha la fuente, no utilices lijas o algunos otros utensilios que dañen la esencia del material, además, evita usar corrosivos o pinturas nocivas que la dañen. Por lo cual, siempre es recomendable leer las instrucciones del cuidado de la fuente o en su caso seguir los consejos de los vendedores, ya que ellos cuentan con la experiencia y conocimiento para su mejor cuidado y limpieza.